Seis estrategias para formar estudiantes empáticos y así mejorar el proceso de aprendizaje.

Se suele creer que la empatía es una habilidad fija que una persona tiene o no tiene. Pero aquí intentaremos presentarla como una habilidad que se puede enseñar y, aún mejor, que puede mejorar exponencialmente el proceso de aprendizaje.
¿Cómo se ve la empatía en un aula?
El aula puede ser un ambiente en acogedor y cálido, en el que los estudiantes demuestran comportamientos colaborativos y se ayudan mutuamente a aprender. La empatía crea un entorno en el que los estudiantes tienen un sentido de pertenencia en el momento en que entran al aula.
¿Por qué trabajar la empatía en clase?
La enseñanza de la empatía en clase tiene dos principales beneficios: a nivel grupal e individual. De esta manera se genera un espacio de confianza que puede ayudarlos a superar los desafíos mucho más rápido.
A nivel grupal, la empatía promueve el deseo de colaboración entre compañeros en lugar de una competencia entre sí. Si bien la competencia puede tener un lado positivo, cuando se enseña a los niños a ser muy individualistas, es menos probable que pidan ayuda.
A nivel individual, cuando uno es capaz de ponerse en el lugar del otro, entiende que todos tienen dificultades, y esto facilita a que el propio niño se pregunte a sí mismo ¿Qué fortalezas y que debilidades tengo? La empatía fortalece el sentimiento de aceptación propia, porque todos somos humanos, nos equivocamos y aprendemos de nuestros errores.

¿Cómo fomentar la empatía en el aula?
Los alumnos necesitan percibir la empatía en el día a día y tener la oportunidad de practicar sus habilidades. Basándonos en el conjunto de herramientas desarrolladas por Ashoka, una organización internacional que promueve el emprendimiento social, aquí hay algunas ideas para trabajar el desarrollo de la empatía en los alumnos.
1. Crea un espacio donde se sientan seguros y aceptados
Si bien la enseñanza de la empatía puede comenzar desde adentro hacia afuera, ignorar el entorno físico puede ser un obstáculo importante. Aquí es desde donde los detalles más pequeños cuentan. Por ejemplo, ¿Te sientas con tus alumnos durante la clase, o principalmente enseñas desde el frente de la clase? ¿El arreglo en el aula permite a los estudiantes colaborar y hacer un contacto visual frecuente? ¿Los invita a colaborar y compartir ideas? Algo tan simple como organizar discusiones en grupos pequeños con mayor frecuencia puede llevar a grandes cambios.
2. Establecer rutinas
Los estudiantes deben tener una rutina para fortalecer la creencia de que su entorno es estable y seguro. Por ejemplo, la forma en que asignas la tarea o el saludo a tus alumnos antes de comenzar la clase son detalles a tener en cuenta y trabajar.
3. Crear una cultura empática
Cada aula es diferente, ya que está formada por estudiantes individuales y únicos. Si pensamos que el aula es una micro sociedad con sus propias reglas y cultura, es mucho más fácil detectar dónde se pueden mejorar las cosas. Es recomendable realizar preguntas como «¿Cómo quieres que te traten?».
4. Incorporar actividades que fomenten la empatía
Un docente puede basar una clase completa sobre la empatía y la comprensión de diferentes puntos de vista. Asignar proyectos de colaboración, tareas y discusiones grupales, también son una forma de asegurarse de que tengan suficientes oportunidades para practicar sus habilidades sociales. Los docentes también pueden usar actividades que se basan en la narración de cuentos como una forma de fomentar la empatía. Las historias son muy poderosas, ya que hacen que los alumnos realmente se conecten con los personajes y se pongan en su lugar.
5. Confiar en ellos
La necesidad de «enseñarles una lección» o, lo que es peor, avergonzar a los niños por no resolver los conflictos de manera pacífica no da los resultados deseados a largo plazo. Al contrario, el docente debe ser el primero en confiar en el alumno, en ponerse en su lugar y a partir de ahí lograr que ellos sean su mejor versión. De esta manera el alumno se sentirá seguro de sí mismo, y esto progresivamente se reflejará a nivel grupal.
En conclusión, los estudiantes aprenden mejor en un ambiente comprensivo y de confianza, ya que mejora la relación con sus compañeros y con ellos mismos. La empatía puede mejorar el rendimiento académico, pero a su vez también es un aprendizaje a largo plazo que ayuda a los estudiantes a ser mejores personas el día de mañana.
Fuentes
- M, Ioana (Abril 2019). Teaching empathy for better learning outcomes. NEO Blog. Obtenido de: https://blog.neolms.com/teaching-empathy-for-better-learning-outcomes/
