La enseñanza de valores en el aula es y será uno de los mayores desafíos para los educadores. Pero también, es uno de los momentos más gratificantes de la docencia. Cuando un profesor logra que su alumno comprenda y se apropie de valores como la empatía, la humildad o el compañerismo gran parte de su trabajo está hecho. Hoy, nos focalizaremos en este último.
El compañerismo cobra protagonismo desde la infancia. Parte de su evolución y desarrollo, son la consecuencia del trabajo de los profesores que han estado frente a ese estudiante. Es decir, si un alumno recibió una buena enseñanza, va a ejercitar a diario el “dar y recibir”. En el caso contrario, si convivió con una falta de compañerismo, probablemente también haya enfrentado situaciones de bullying o ejercido alguna. Para evitar este segundo escenario, te invitamos a continuar la lectura.

¿Qué es el compañerismo?
Existen múltiples definiciones para responder esta pregunta. Algunas de nuestras favoritas fueron: El compañerismo es:
- Armonía y buena correspondencia entre compañeros
- Un valor que se combina con la bondad, solidaridad, confianza y empatía
- El sentimiento de unidad
- Un facilitador del trabajo en equipo
Teniendo estas frases en mente, se puede concluir que el compañerismo fomenta la creación de un espacio positivo y agradable para estar y compartir.
La importancia del compañerismo en la infancia
El compañerismo es una de las cualidades más valiosas que pueden cultivarse durante la infancia. Ya que puede entenderse como un punto de partida al desarrollo de habilidades sociales y otras virtudes. Fomentar el compañerismo en el colegio contribuye a que los chicos sean mejores personas en el futuro y puedan confiar en el otro. Se podría pensar que el compañerismo es una llave que el docente le puede dar a un alumno para que abra sus puertas sociales a lo largo de su vida.
Es importante destacar que el hecho que los estudiantes compartan el aula a diario, no los hace compañeros. El compañerismo va más allá. El espacio físico es un punto importante pero, si el docente no ejercita o promueve el compañerismo, sus alumnos no van a ser compañeros, sino personas que se encuentran en el mismo lugar al mismo tiempo.
Juegos y actividades para trabajar el compañerismo en el aula
Como se mencionó al principio, el compañerismo como muchos de los valores puede ser complejo de enseñar o difundir, por eso, a continuación compartimos un par de sugerencias para trabajar en el aula:
Valorar los actos de compañerismo
Comúnmente se tiende a castigar las cosas que se hacen mal y pocas veces se premia las cosas que se hacen bien. Por eso proponemos reforzar positivamente los actos de colaboración y empatía que el docente observa. Por ejemplo, con el premio de “mejor compañero o compañera”. Esa es una conmemoración que nunca pasa de moda y siempre es linda de recibir. Este tipo de recompensas estimula a los estudiantes a ser mejores y también a valorar a quienes llevan la bandera del compañerismo.
Compartir contenido que lo refleje
Los valores al ser intangibles no siempre son fáciles de ver. Por eso, a veces es mejor tomar un poco de distancia y observarlos con otra perspectiva. Como podría ser el caso de una película, libro, video o acción.
Promover juegos para fomentar el compañerismo
Trabajar el compañerismo mediante juegos puede ser de gran ayuda para su aprendizaje. Existen miles de actividades para hacerlo, algunas requieren una destreza física, otras pueden ser más reflexivas y varias tienen el foco puesto en la comunicación. Lo importante es incorporarlas, probarlas y analizar cuáles son más funcionales para cada grupo de estudiantes.
